Usted podrá diagnosticar su propio espacio, y saber si vive o trabaja en un lugar sano, o en un lugar que lo está enfermando.
¿Cuántas veces le ha sucedido no sentirse cómodo en un lugar sin saber por qué, o sentirse enfermo y que sus médicos no encuentren razón alguna? Pasar frente a un local y darse cuenta que no importa qué rubro lo ocupe, allí nada funciona. ¿Se despierta a las 2 ó 3 am totalmente espabilado, sin poder dormir hasta la hora de levantarse? Tristeza, depresión, malhumor, discusiones familiares sin sentido, hormigas e insectos dentro de la casa son algunas de las señales que pueden estar indicando una casa «enferma», que necesita una domoterapia (domo=casa, terapia= therapeia, sanar) que restablezca su energía, sanándola. Una casa enferma, enferma a sus habitantes.
¿Las casas se enferman?
Sí, las casas se enferman. Desde Albert Einstein (y mucho antes los antigüos lo sabían) sabemos que todo lo existente es masa y energía, corpúsculo y onda. Las cosas, los seres vivos, todo es masa y energía. Nuestra casa también. Cuando las polaridades de esas energía están en equilibrio nos sentimos bien, confortables y cómodos. Pero cuando una polaridad predomina sobre la otra nuestras células, nuestro organismo deben hacer un esfuerzo de adaptación, que si es demasiado o debe ser sostenido durante un tiempo prolongado, estressa nuestro organismo y puede enfermarlo. Es necesario entonces equilibrar esa energías para estar cómodos y saludables.
Tengamos en cuenta además..
¿Cómo nos afectan las emociones vividas en el hogar, o aquellas ancestrales de nuestro clan familiar que nos hace reaccionar, como la rabia, el enojo o el miedo, o los secretos familiares?
En este libro, a través de la Geobiología y la Bioneuroemoción, encontrará las claves para que usted pueda visualizar las causas y aplicar simples soluciones para vivir mejor.